jueves, 3 de agosto de 2023

“Los ribereños alzan las luces, las hacen brillar, y el barco, que en ellas cree distinguir la salvación, el puerto amigo, maniobra hacia la costa, y, precipitándose, va a chocar contra el bajío donde se clava despedazado”. En su cuento Jesús en la tierra, publicado en 1896 en la revista La Ilustración Artística, la escritora gallega Emilia Pardo Bazán saca de la bruma de la leyenda unas luces extrañas que, desde la costa, conducen a los navegantes al agujero negro del naufragio.

Son las trampas mortales urdidas por los lugareños, en noches de temporal y poca visibilidad. Son los faroles encendidos que cuelgan de los cuernos de bueyes o vacas, que con su andar cansino simulan el balanceo de otras embarcaciones navegando al abrigo ya de puerto seguro. Es el mortífero señuelo sin vuelta atrás posible.

Los náufragos saltan al agua y nadan con desesperación buscando las luces salvadoras de la playa. Pero en la costa esperan su momento los raqueiros, los piratas de tierra, tan oscuros como la noche de tempestad y pesadilla. “Y entonces se verifica algo espantoso: los que en la playa esperan a los náufragos, al verlos llegar moribundos, con las pértigas, con los bicheros, con remos, con palos, con cuchillos, los rechazan hacia el agua otra vez; pero antes los despojan de la cintura de cuero en que salvaban oro y papeles de la cartera que se ataron bajo el sobaco al comprender el peligro, de la ropa, de cuanto poseen”, continúa narrando la escritora gallega.

También en otros relatos, como La ganadera o Sin querer, Pardo Bazán nos habla de aldeas marineras imaginarias del Cantábrico dedicadas al saqueo de barcos, a la matanza y el pillaje organizado. Hasta aquí la leyenda. Pero ¿existieron alguna vez los piratas de tierra?

“Nunca hubo naufragadores de barcos en la Costa da Morte”, sostiene con rotundidad Fernando Patricio Cortizo, historiador naval y presidente de la asociación cultural Naufraxios Galegos. “El raqueiro entendido como el hombre o la organización que provoca un naufragio para después asaltar el barco jamás sucedió en Galicia, no tiene la menor base científica ni ninguna evidencia”, aporta el arqueólogo y submarinista Miguel San Claudio Santa Cruz.

Esta leyenda negra ha sido negada por arqueólogos marinos e historiadores, quienes han señalado que no existe denuncia alguna al respecto. Si bien es cierta la existencia de un considerable número de naufragios en esta zona, no debemos olvidar que en el siglo XIX el litoral gallego contaba con un espectacular tráfico marítimo. Esta costa está plagada de bajos prolongados, plena de accidentes geográficos y fuertes corrientes, un clima invernal acompañado de nieblas espesas y vientos del oeste y regado por tempestades.

El raqueiro es realmente la persona que anda al raque, es decir, recogiendo objetos perdidos que el mar arroja tras un naufragio. En Galicia el hambre y la necesidad hacía que cuando un barco se hundía y embarrancaba en el litoral, sus habitantes se aprovechasen de su cargamento para beneficio propio, pero no existe evidencia alguno de que se provocasen los naufragios.

De lo que sí hay evidencias es del papel de los marineros y vecinos da Costa da Morte en el auxilio y salvamento en muchos de los naufragios acaecidos en esta costa. Actos heroicos poco reconocidos u olvidados en el que los habitantes de los pueblos costeros se jugaron la vida en el rescate de náufragos.

Otras personas y otros textos hablan de la existencia de supuestos raqueros en diferentes épocas. Es una leyenda verosimil y supongo que es dificil que existan registros históricos de "saqueos", a no ser que fueran pillados por las autoridades. 

El termino y estas leyendas resurgieron gracias a la película "La Isla de las Mentiras" una ficción sobre el naufragio del buque Santa Isabel en 1921. Pero ese es otro tema más extenso que espero tratar en el futuro.

Esta leyenda me recuerda a las de las sirenas, que se les atribuía una irresistible voz melodiosa con la que atraían locamente a los marineros. ¿Serían estas sirenas verdaderamente raqueiras? No creo, pero sería una explicación graciosa. Como ese hombre que decía la prensa antigua que se vestía de diablo para robar ancianitas por los caminos de Galicia.

Monumento a los Raqueros en Santander

 

Situado en el Paseo de Pereda de Santander, Cantabria,  junto al Real Club Marítimo de Santander.

El Monumento a los Raqueros intenta recrear a los muchachos que entre los siglos XIX y XX se sumergían en las aguas del Cantábrico para recoger las monedas que transeúntes, pescadores o tripulantes les echaban.

A estos raqueros se les conocía como los niños pobres o marginales, generalmente huérfanos, que frecuentaban los muelles de la bahía de Santander y que sobrevivían a base de pequeños hurtos y de conseguir monedas de los pasajeros y tripulantes de barcos que arrojaban monedas al mar a la espera que los pequeños las recuperasen.

Estos raqueros se arrojaban al mar, buceaban hasta encontrar las monedas  y salían de nuevo con sus pequeños tesoros.

Fuentes :

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20201031/34113/raqueiros-oscura-historia-piratas-gallegos-tierra.html

https://www.elcorreogallego.es/sam/leyendas-que-esconden-los-naufragios-de-costa-da-morte-KC4271792

https://recreacionhistoria.com/el-hundimiento-del-santa-isabel-el-misterio-da-costa-da-morte/ 

https://www.elmundo.es/viajes/espana/2019/09/06/5d492c54fdddff56408b4598.html

https://www.cantabriarural.com/monumentos/monumento-a-los-raqueros.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Raquero_(persona) 

https://www.filmaffinity.com/es/film687337.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Sirena

http://www.terramaxica.es/2016/06/diablo-detenido-disfrazado-de-diablo.html

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