jueves, 18 de abril de 2024

Con motivo de rumores extraños y misteriosos, oídos sobre el convento de la calle Sagasti, el periódico "El Anunciador" publicaba en 1895 esta noticia. En ella se reproducía una curiosa noticia publicada en el "Memorial Literario" del mes de Julio de 1784, y relativa a un hecho muy parecido al que en esos días traía preocupada a la gente.

Ocurrió en la calle de las Huertas, junto al convento de las Trinitarias.

"Noticia de los ruidos subterráneos que se han oído en la calle de las Huertas"

"A mediados del mes de Junio de 1784, se empezaron a oír algunos ruidos o golpes subterráneos en el convento de Religiosas Trinitarias Descalzas y sus inmediaciones, especialmente de noche. Estos ruidos causaron algún sobresalto a los que los oían; el ruido era semejante al estrépito que hace un cubo que lo arrojan con violencia en lo profundo de una cisterna; como cuando se oye un tiro de artillería, descarga general a lo lejos; o cuando se sacude con palos una alfombra que está colgada o sostenida en el aire; tanto sonaba de día como de noche, aunque con el silencio se percibía más. No guardaba en el tiempo intervalos iguales, porque unas veces sonaba de dos en dos minutos, otras de cuatro en cuatro, otras de seis en seis, etc.: según pasaban días se iba aumentando el ruido y el recelo, no solamente en las monjas, sino también en todos los vecinos de las inmediaciones del convento, de modo que tanto se extendió la voz por la Corte, que a todas horas estaba la calle inundada de gentes, que concurrían a oír y observar aquella novedad que tanto eco les hacía, por ignorar la causa del donde procedía. En este tiempo el Gobierno que ya estaba examinando con la mayor exactitud todo aquel territorio, no solo consiguió averiguar las causas de donde provenía el ruido, sino que también logró extinguirlo por las acertadas providencias que dio.

Primeramente el Superintendente General de Policía, por aviso que le dio la superioridad de las Monjas Trinitarias, pasó con asistencia del Arquitecto Hidráulico D. Antonio Verete a reconocer las causas inmediatas, minas y sótanos; y halló que en una casa arruinada al oriente del Convento había un pozo que al parecer fue noria mal cegada, y cuando se desmoronaba tierra y fabrica, y le entraba agua por debajo, se oía el mismo ruido; y habiendo hecho otras excavaciones, se comprobó esta verdad, añadiéndose que un hombre que la vio cegar años hace, decía que siempre notó el mismo. Enfrente de dicha Casa había dos con los números 7 y 8, en las cuales estaban inundadas de agua las cuevas y sótanos, y se oía de cuando en cuando el mismo ruido. En la Casa número 12 de la calle de las Huertas, frente de las Monjas, había un sótano de mas de cinco a seis varas de profundidad con una pequeña claraboya a la calle, y al fin de él por la parte contigua a la misma calle, se oía un ruido subterráneo como del curso violento de un caudal grande de agua y ayre.1; y habiéndose hecho una excavación en aquel paraje, se advirtió un ruido extraordinario, y salió una gran porción de ayre, y a las cuatro varas de profundidad, se descubrió una gran cantidad de agua manantial y corriente, que viene del centro de la calle de las Huertas con unos silbidos fuertes, ocasionados de la fuerza del ayre que envuelve, de modo que en mucho tiempo no pudieron tenerse encendidas las "hachas2" quedando por este medio descubierta la causa de aquellos ruidos, y desengañada la Comunidad y el Publico. Para evitar las desgracias que pudieran seguirse, mando el referido Superintendente General que los dueños de las Casas ruinosas cuidasen de su demolición inmediatamente y dio cuenta de todo lo obrado a S. M."

El periódico "El Anunciador" de 1895 seguía la noticia hablando de la noticias relativas al convento de los duendes, como el vulgo le llamaba:

 

Los trabajos de exploración para averiguar la causa de los misteriosos ruidos del convento de las Concepcionistas se habían suspendido, a ruego del ingeniero diocesano, por temor a que el edificio conventual sufriera algún desprendimiento a causa de las excavaciones que se estaban haciendo.

Los trabajos realizados el día 19 por el ingeniero de la Diócesis dieran como resultado el hallazgo de una puerta de hierro, que al dar golpes sobre ella producía un ruido, si no igual, muy parecido al que se oía esos días en los claustros, y desde la puerta de entrada al convento.

El ingeniero visitó al gobernador, quién le explicó sus observaciones acerca de los ruidos, suplicando al conde de Peña Rairo que, cuanto antes se procediera a rellenar los pozos de observación, que tenían lugar donde se oía el ruido.

El 20 comenzaron los nuevos trabajos de observación, siguiendo las indicaciones del Ingeniero diocesano. El periódico se preguntaba si los nuevos trabajos, serían más afortunados en su exploración que peritos anteriores.


El Anunciador - diario de La Coruña y de Galicia- Num- 13739 24-09-1895



Memorial literario, instructivo y curioso de la Corte de Madrid 7-1784

1 - Ayre : Un "ayre" es una masa de agua separada del mar por una barra estrecha de tierra, bastante similar a un "lagoon" y prácticamente equivalente a una albufera. El término deriva de una palabra en nórdico antiguo que se usa para describir un lago que está solo separado por una estrecha franja de tierra baja del propio mar.

2 - Hachas : Se da el nombre de hacha a muchas gruesas mechas juntas cubiertas de cera, que se encienden en las ceremonias de pompas fúnebres, iluminaciones en las festividades públicas y otros diferentes casos. 

Fuentes :

https://es.wikipedia.org/wiki/Convento_de_las_Trinitarias_Descalzas

https://es.wikipedia.org/wiki/Ayre_(geomorfolog%C3%ADa)

El Anunciador - diario de La Coruña y de Galicia- Num- 13739 24-09-1895

https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/results?d=date&d=1784-07-01&d=1784-07-01&g=e&g=i&g=o&p=0~1~11943543~0~0

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