lunes, 17 de junio de 2024

Cuando de noche el terrible gato negro maúlla sobre el tejado de la vivienda, y la marta revolotea en torno a la lámpara para chupar el aceite; cuando las campanas de la parroquia, movidas por el fuerte vendaval, suenan a largos intervalos lúgubremente como a toque de difuntos, entre la tempestad andan los espíritus infernales...

Entonces también suelen caer las piedras por las altas chimeneas, y se escuchan los quejidos de almas en pena, que piden misas y gritan a los vivos parientes (quizá dentro de la consciencia), con voz vibrante y quejumbrosa : ¡restituíd!

Los fuegos fatuos, que se observan en el atrio de las iglesias, simulan paseos nocturnos de fantasmas. Se oyen lejanos y tenues los cantos funerales de la célebre santa compaña.

Buscando fotos de Galicia en 1910, me encontré la imagen de un libro que se vende actualmente por 400 euros. Este libro se titula "Supersticiones de Galicia" y fue escrito por el médico Jesús Rodríguez López. Rapidamente busqué en la hemeroteca Galiciana sobre el libro. Me llevé una sorpresa cuando encontré que el libro había sido prohibido en su primera edición por la iglesia en 1895.

Boletín oficial eclesiástico del Obispado de Lugo Tomo XXIII Ano XXIII Número 29 - 1895 outubro 9 01
El diario de Galicia  periódico católico e independiente Ano V Número 1348 - 1895 outubro 20

El prelado de Lugo declaró perniciosa para la fe la lectura del folleto titulado "Ligeros apuntes sobre las supersticiones de Galicia", prohibiendo, por tanto, su lectura en aquella Diócesis.

El autor había publicado un aviso en "El Regional" manifestando que no podía servir más ejemplares a los libreros y al público hasta que consultara con inteligentes doctores en Teología y Ciencia cristiana, y eliminaran de su obra lo que había sido motivo u ocasión de la censura que pesaba sobre ella. Añadiendo que sentía que la precipitación con que escribió el libro y su insuficiencia en asuntos religiosos, fuera causa de que contuviera pensamientos dignos de la censura católica.

Este acto de sumisión y obediencia, decía el diario de Galicia, hacía honor a los católicos sentimientos del sr. Rodiguez López, que no se avergonzaba en decir "si erré fue por ignorancia, antes que todo soy católico, obedezco a mi Prelado".

El diario que decía ser católico e independiente terminaba diciendo : Sirva esto de ejemplo a los Odones que andan por esas Universidades sin freno que los detenga.

 El lucense diario católico de la tarde Num. 3282 15-10-1895 1

 

El regional  diario de Lugo Num. 4517 12-10-1895

El manuscrito estaba destinado al certamen literario de Monforte de los escolapios; pero la censura eclesiástica de aquel Jurado no lo dejó pasar. El regional decía que no sabía porque había sido censurado.

El regional  diario de Lugo Num. 4517 12-10-1895 2

También decía que si Jesús hubiera eliminado de su libro los capítulos Culto superfluo y Culto indebido, el manuscrito hubiera pasado al Jurado de Monforte sin impedimento alguno de la censura eclesiástica. Censurar los extravíos de sacerdotes y religiosos, fue siempre tarea no solicitada y permitida, sino hasta beneficiosa. San Bernardo, Pedro de Blois, Torres Navarro, Francisco de Osuna, Pablo de León, y en nuestro siglo a Larcordaire, Manmus, Menendez Pelayo y otros. Si copiáramos algunas palabras de estos escritores eminentes católicos se escandalizarían algunos de sus lectores y comprenderían que algo por lo menos razonable guió la pluma del Sr. Rodríguez López al escribir esos dos capítulos, únicos que tal vez pudieron ser piedra de escándalo para la censura eclesiástica de Monforte.

Fuera de estos dos capítulos, no encontraba en el libro si no motivos de alabanza y una tendencia moralizadora que merecía todo género de encomios, decía El Regional.

El autor fiel a la religión en que había nacido, no negaba la posesión diabólica, pero ridiculizaba y fustigaba a aquellos de quienes habla Vallesio. Resulta de todo lo dicho ser verosímil, que muchos de los que son llevados a los exorcistas en opinión de que tienen el demonio, no tienen el demonio si no algunas de las enfermedades antes mencionadas, y que por falta de consejo, intentan sin efecto otras curaciones, los llevan a que los exorcicen. Y este es uno de los capítulos más curiosos y chispeantes del libro, jocoso de buena ley y satírico, pero de una sátira fina y sana, género en el cual había demostrado el autor ser un verdadero maestro. El que escribió esto decía ser su amigo.

La creencia en el poder de los amuletos, las brujas y hechicerías es muy antiguo y muy arraigado, a tal punto que ya Sixto IV tuvo que condenar la osadía de aquellos que dirigían consultas a los demonios, además de ser considerada la magia como un crimen de carácter mixto.

 

Una de las partes más graciosas del libro habla sobre unos papelitos que escribían algunos sacerdotes y encerraban en una bolsita, que luego se ponían al cuello los crédulos a modo de escapulario. Esto decía uno de esos papelitos :

"Se exhorta a todos a llevar consigo esta Santa bendición, por que SE SABE POR EXPERIENCIA que es maravillosísima contra los demonios, tentaciones, RAYOS, PESTE, mal del corazón, peligros del mar, asechanzas de enemigos, TEMPESTADES, INCENDIOS, DOLORES DE PARTO, CALENTURAS, MUERTES REPENTINAS, y contra otros innumerables males y peligros"

Una vez leídos los capítulos de la discordia, en la segunda edición del libro y que se citan en "El Regional", no parece que Jesús se cortase mucho criticando a la iglesia. Parece que el habló con un católico más razonable que le aconsejó pedir esas disculpas, quitar alguna cosa y publicó el libro sin muchos obstáculos. Quizá una maniobra ingeniosa que a su vez fue provocativa en un primer momento, presentando la obra al certamen del que seguro era conocedor de tan peculiar jurado.

En el libro se puede leer relatos sobre enfermos de rabia que son llevados de un lugar a otro con intención de quitarles el dinero, en la creencia de que una llave incandescente puede cauterizar sus heridas y el médico explica la forma más conveniente de hacerlo. También nos hablan del comercio de vestimentas, un tanto carnavalescas, para asistir a las misas que se revendían, después de ser utilizadas por personas enfermas con llagas en la piel, y otras supersticiones que tenían los feligreses de las iglesias. Jesús instaba a los religiosos más instruidos a explicarle a los fieles que estas prácticas no funcionaban y eran mentiras.

El libro también relata muchas prácticas que ahora nos suenan aberrantes y eran llevadas a cabo por el pueblo supersticioso y no son agradables de leer. Muchos creyentes de hoy posiblemente se llevarían las manos a la cabeza si leyeran lo que hacían sus predecesores, movidos por las mimas creencias que comparten con ellos. El mundo evolucionó y por suerte, las supersticiones también lo hicieron.

La parte del libro censurada hablaba curiosamente de un cura medio brujo. Contaba que existía la superstición de bendecir con exorcismos las lombrices y otras enfermedades por los sacerdotes revestidos de estola y cierto aparato que hacía más ridícula tamaña tontería.

Jesús contaba que en Lugo existía un cura muy afamado, tenido por medio brujo, que se prestaba a esta clase de exorcismos. Varias personas que lo habían visto, le contaran a Jesús, que tenía colgado en la mitad del techo de su habitación, un cuadro de la Virgen de los Dolores y que mandaba arrodillar al paciente delante de la imagen, mientras él estaba diciendo el exorcismo por un libro. Si la Virgen se volvía de espaldas, era señal de que había poca esperanza en la curación. El tal cura, tenía una criada muy hábil que daba, según convenía, vueltas al cuadro desde el 2º piso. En ocasiones, la Virgen agradecía algún regalito que le traían al cura y ya no se volvía de espaldas. Jesús hacía referencia a instrucciones que con los enfermos, tenían algunos sacerdotes atrevidos, que podían calificarse de ingeniosas.

Ligeros apuntes sobre las supersticiones de Galicia [376] 1895, Primera Edición

Con el intento de censura, es posible que Jesús constatara, que no solo los obispos estaban al tanto de estas prácticas, si no que les parecían unas prácticas que los avergonzaban, hasta tal punto que era mejor censurar cualquier escrito que hablase de ellas. Pero el fue más astuto y consiguió perdurar en el tiempo.

En la wikipedia nos cuentan que en 1895 tuvo un choque con la Iglesia Católica a raíz de la publicación "Supersticiones de Galicia". Presentó su obra a un concurso literario musical convocado en Monforte de Lemos por los escolapios. Aún que su trabajo no fue admitido por el jurado mediatizado por el obispado, que debía velar por la ortodoxia de las obras que se presentasen al certamen, el médico lucense fijó publicarlo en el verano de ese mismo año. El obispado lucense prohibió su obra a los tres meses, en octubre, sin importar que contaba con un informe favorable de Antonlín Lopez Peláez, hombre de gran peso intelectual en los medios católicos. López no se dio por vencido y consiguió una entrevista con el obispo, Benito Murúa, quien le convenció de que los ritos católicos no constituían supersticiones. Logró así obtener una autorización eclesial para una segunda edición, a la vez que el médico reformaba sus informaciones sobre la calidad supersticiosa de ciertas prácticas religiosas.

La segunda edición que fue permitida, habla de procesos inquisitoriales contra supuestas brujas. Una recopilación de las prácticas de los supuestos curanderos, leyendas, cuentos, poesía... En esta segunda edición no parecía que se estuviera moderando mucho con los creyentes.

Perteneció al partido liberal lucense, siendo concejal del Ayuntamiento de Lugo (1900-1903) y segundo teniente de alcalde en 1902. Fue secretario (1906) y presidente (1912-1916) del Orfeón Gallego. En 1912 asistió en San Sebastián al Congreso Médico Internacional de Tuberculosis y en 1915 fue elegido presidente de la Liga de Amigos.

Perteneció a un grupo de universitarios que deseaban el progreso de Galicia y su cultura, propagando las ideas regionalistas y el idioma gallego, que defendía en sus escritos. En sus poemas, relatos y novelas costumbristas retrata el mundo rural de su entorno. Su experiencia como médico y sus conocimientos le llevaron a combatir las supersticiones y aquellos procedimientos de la medicina popular ineficaces en la curación de las enfermedades por carecer de fundamento científico.  

 

 

En la hemeroteca de Galiciana.gal existe el ejemplar original. Aquí podemos ver uno de los párrafos censurados

Ligeros apuntes sobre las supersticiones de Galicia 1895
Ligeros apuntes sobre las supersticiones de Galicia 1895
Ligeros apuntes sobre las supersticiones de Galicia [376] segunda edición



Ligeros apuntes sobre las supersticiones de Galicia [376] segunda ediccion 


Si los censores supieran que años más tarde harían de ese párrafo el más importante del libro, quizá lo hubieran pensando antes, ya que demuestra como quizá solo pretendían ocultar esa historia sobre el cura medio brujo y las estafas ingeniosas.


Fuentes :

 

http://biblioteca.galiciana.gal/

https://gl.wikipedia.org/wiki/Xes%C3%BAs_Rodr%C3%ADguez_L%C3%B3pez

https://dbe.rah.es/biografias/34851/jesus-rodriguez-lopez 

Una edición del libro gratis :

http://biblioteca.galiciana.gal/gl/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1158068

Mismo ejemplar a la venta por 400 euros :

https://www.todocoleccion.net/libros-antiguos-parapsicologia/supersticiones-galicia-preocupaciones-vulgares-2-edicion-jesus-rodriguez-lopez-1910~x284203018

Ligeros apuntes sobre las supersticiones de Galicia

http://biblioteca.galiciana.gal/es/consulta/registro.do?id=7495

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